viernes, septiembre 26

Viernes...

Eran casi la una y todo parecía indicar cómo concluía lo que había sido un mal día. Para caminar no podía sacarme de enfrente el reflejo, mi reflejo; qué molesto es verse a sí mismo a cada paso. Mi cara no podía ser más demostrativa, con ustedes otra vez: las ganas de tirar todo al carajo. Los que no pueden más se van... pero yo sí puedo. Puedo muchísimo más. Haciendo eco en mi cabeza algunas palabras molestas y recordar a la fuerza que nada lo es todo, que no podían volver a robarme la paz; mi paz. Que el Sol brillaba y por qué dudaría de él... No por extremista pero quizás por negarlo, esta vez del otro lado, estaba la nada. ¿y por qué saltar? Decepcionada en el transcurso de ver cómo las cosas simples me son tan difíciles... pero me importa un pito. Porque podrían matarse por alcanzar las cosas que yo alcanzo, porque construir tantas cosas es tan difícil, y para decir verdades: gracias le doy a mi sangre por simpatía al arte y negación a la planicie de los rostros cotidianos

No hay comentarios: