lunes, abril 7

Inversa



Hoy es uno de esos días en los que tu cabeza no está donde debería estar. No comprende por qué todo está incompleto, si lo que creías que hacía falta está con vos. Domingo siete horas de siesta. Levantarse abrir la heladera y morir otra vez. Cuatro horas postrada en una silla frente a la pc, la participación en cualquier cosa da cero. A la cama otra vez, dolor en la columna, en el cuello, en las costillas, la cabeza explotó hace rato. Levantarse, levantarse y no despertarse; si otro punto no entiendo de esta mierda es el insomnio. Al colegio, lo único que parece resucitarte un poco, lo único que se sale de tu realidad. Almorzar con tus amigas: no hay opción. Empezar así, tu día infernal. No estás sola y es lo único que agradecés, lo único bueno que ves, lo único que queres por ciertos momentos, ¿pero para qué? si mirarlo a los ojos es tu tarea más difícil, si sentirte cómoda es una situación que ya no aparece en ningún lado; repugnancia de verte, de conectar sus ojos con los tuyos que dan.. asco. Al colegio, caer en la cuenta de que esto te comió hasta el cerebro; a casa, a morirte otra vez, ya abriste tu boca y eso bien sabés, nunca lo podés detener. A la cama, imposible evitarla si dormir es lo más parecido a morirse- Despertarte, atracarte: una, dos, tres y tu organismo enloquece. Frío, calor, frío, dolor.

1 comentario:

Patricio dijo...

identificado con tu texto.
siempre es bueno "morirse" cuando las cosas no andan bien, la satisfacción es inaccesible; el cansancio, abrumador, mañana, tarde y noche, y volvemos a empezar.